miércoles, 10 de julio de 2013

DEEP INSIDE – MASTERPOST

NOTA: Toda la historia es fruto de mi imaginación, es todo ficción y nada puede relacionarse con la realidad. El carácter y la forma de actuar que tienen los personajes que se basan en gente real no es el que tienen en realidad.
Here you go.


April Jones es una chica de 18 años, actualmente viviendo en Cambridge, que ayuda, a la orden de sus padres, a su hermana Stacy -una importante coordinadora de márquetin- en su nuevo trabajo; viajar con una banda de cinco chicos para hacer su campaña y de vez en cuando ser la mano derecha del manager. 
Allí se encuentra con Harry Styles, un integrante de dicha banda. Desde el primer momento en que le vio –acercándose a su hermana con aire de mujeriego.- supo que no le traería nada más que problemas. 
Un odio mutuo surge por parte de los dos, que acaban sin poder aguantar al otro. Pero ninguno de los dos sabe, que ese aparente odio, va a cambiar muchas cosas.


Capitulo 01
Capitulo 02
Capitulo 03
Capitulo 04
Capitulo 05
Capitulo 06
Capitulo 07
Capitulo 08
Capitulo 09
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Capitulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Capitulo 33
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
FINAL
FINAL OPCIONAL [LARRY]

viernes, 15 de marzo de 2013

Deep Inside — It's over

Bueno, pequeños esto se acabó. Después de tantísimo sin haber colgado, aquí tenéis el final.
Siento haber acabado tan abruptamente, pero lo necesitaba. No me sentía especialmente cómoda escribiendo, y sentirme a gusto con lo que hago es fundamental para mí, así que bueno, he terminado haciendo esto.

He hecho dos finales, los cuales van seguidos. Si no sois Larry Shippers ni nada de eso, NO leáis el final opcional. No tengo ganas de que me mandéis odio solo por escribir. Es algo que he hecho por gusto y si vais a llamarme enferma mental por algo así, lo siento pero ya podéis iros de aquí. 
Recordad, yo respeto vuestra opinión así que vosotros respetad la mía, eso es todo lo que pido. Gracias.

De todas formas, aquí lo(s) tenéis:


FINAL

FINAL OPCIONAL [LARRY]




Bueno, muchísimas gracias por todo, por estar ahí. Sé que no es el mejor de los finales y lo siento, pero he hecho todo lo que he podido. Sois geniales, de verdad. Un beso enorme a todos. 


Cualquier comentario que queráis hacerme, lo podéis hacer vía twitter ask

Deep Inside – "FINAL OPCIONAL"


NOTA: Si estáis en contra de la homosexualidad (en el cual caso ya os podéis marchar de mi blog), no tenéis la mente abierta, o no sois Larry Shippers y estáis seguras de que entre ellos dos no hay nada, NO LEÁIS ESTO. Contiene contenido homosexual. Así que por favor, no quiero insultos de ningún tipo solo por haber escrito algo expresando mi opinión que no os haya gustado. Si sabéis que no os va a gustar, no leáis más. Quedáis avisados.

Toda la historia es fruto de mi imaginación, es todo ficción y nada puede relacionarse con la realidad. El carácter y la forma de actuar que tienen los personajes que se basan en gente real no es el que tienen en realidad.
Here you go.



—Hey Lou — Digo entrando a la sala en la que se encuentra reflexionando sobre algo que desconozco.
— ¿De qué color quieres los manteles? Kate dice que dirá mucho sobre qué tono adquirirá la boda pero dios, ¿realmente importa?
—Uhm... blanco, este — Murmuro señalando uno de los de la gama de colores que tiene en frente —. Y no, no importa en absoluto, Kate solo quiere que escojamos lo más caro para sacar dinero.
—Zorra astuta... — Masculla haciéndome reír.
—Por cierto — Susurro acariciando su brazo hasta llegar a sus dedos y entrelazarlos con los míos —, ¿sabes a quién me acabo de encontrar?
— ¿A quién? — Dice algo anonadado mientras mira nuestras manos con una sonrisa.
—A April.
— ¿April? — Pregunta levantando la vista de golpe — ¿La que trabajó para nosotros? Oh dios mío... Es tu… ex.
—La misma. Lo sé Boo, pero eso fue antes de que vinieras tú y me sedujeras con tu inexplicable atractivo.
—E hiciste bien en caer en mis redes. Pero... No me acaba de gustar la idea.
—Oh, por favor Louis. Le das mil vueltas, ya sabes que no podría volver a enamorarme de ella ni aunque quisiera. Mi corazón te pertenece — Deja salir un "awww" y me mira con ojos tiernos — Y, oh, está embarazada.
— ¿Embarazada? ¿April? — Abre desmesuradamente los ojos.
—Lo sé, es de locos.
—Mhmm... Así que embarazada... — Dice soltando mi mano y pasando sus brazos por mi cintura para apoyar su barbilla en mi hombro izquierdo — ¿Crees que los hombres pueden pasar por esa etapa en la que todo lo que ves son niños y te empiezas a plantear los años que te quedan para poder ten—
—¿Quieres niños? — Le corto.
—¿...Y tú?
—Lou, sinceramente solo estaba esperando a que dijeras algo así para proponértelo.
—¿De verdad? — Pregunta alzando su cabeza para mirarme.
—Claro que sí. En realidad siempre he esperado que tú quisieras porque y-yo lo tengo bastante claro y so—
—Harry estás tartamudeando — Dice riendo. 
—Entonces, ¿podrías besarme y decirme que no pasa nada en vez de dejar que continúe hablando y empezar a sudar?
—Eres un idiota — Susurra sonriendo ya a pocos centímetros de mis labios para después juntarlos con los míos y empezar un beso que ayuda a calmarme. Suspiro sobre sus boca y él sonríe. Sé lo mucho que le gusta que haga sonidos suaves cuando estoy con él. El beso acaba antes de lo que hubiera querido, pero aún así sonrío y acaricio el pelo de su nuca.
—Gracias — Susurro todavía cerca de su rostro.
—De nada — Dice y empieza a trazar formas con sus dedos en mi cintura —. Así que... ¿Niños?
—Bueno... Yo siempre he querido tenerlos y ahora que estoy contigo... Sí, me encantaría formar una familia — Digo sonriente ante la idea.
—En realidad llevo unos días pensando, incluso lo he mirado por Internet cuando tú no estabas... Podríamos... ¿Adoptar?
—Es una idea genial, Lou.
Nuestras miradas conectan durante unos largos segundos y sonrisas inmensas se forman en nuestros labios. Entonces, me abraza con urgencia escondiendo su cara en mi cuello. Puedo notar como sonríe.
—No me puedo creer que vayamos a hacer esto. Ni tan solo me puedo creer que el mes que viene vayamos a estar casados. No puedo creer que te haya encontrado.
Lo estrecho más contra mí y acaricio su cuello con mi nariz antes de separarme con cuidado de él, mis pulgares acariciando sus mejillas y mi mirada en la suya.
—Shh. Lou, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.
Veo como en sus ojos empiezan a crecer las lágrimas, y antes de que puedan caer, lo beso. Lo beso haciéndole creer que todo lo dicho es verdad. Que sin él estaría perdido. Que he encontrado a mi alma gemela y no pienso dejarla ir.
—Te quiero Boo — Susurro.
—Te quiero Haz. Siempre.


FIN.


FINAL — Deep Inside.


NOTA: Toda la historia es fruto de mi imaginación, es todo ficción y nada puede relacionarse con la realidad. El carácter y la forma de actuar que tienen los personajes que se basan en gente real no es el que tienen en realidad.
Here you go.



Esas pequeñas vacaciones junto a Harry fueron lo mejor que nos pudo pasar. Discutíamos siempre, a veces incluso varias veces al día, pero no importaba. Hablamos. Hablamos como nunca antes lo habíamos hecho. Hablamos sobre nosotros, sobre lo que suponía estar el uno con el otro. Hablamos sobre él, hablamos sobre mí. Hablamos sobre su trabajo, sobre el mío. Hablamos de nuestras vidas, de lo que supondría dejarlo todo en ese momento. Hablamos de todo lo que nos faltaba por hacer, de los sitios que queríamos visitar, de los libros que queríamos leer, de las películas que queríamos ver. Hablamos sobre qué pasaría si se acabara el mundo en ese preciso instante. Hablamos sobre por qué nuestra vida estaba llena de cadenas y ataduras. Hablamos sobre el matrimonio y sobre hijos, sin hacerlo personal. Hablamos sobre qué equipo de baloncesto era mejor, sobre las fiestas en la playa y en la piscina. Hablamos de esto y de aquello, de eso y de lo otro. Hablamos de todo y de nada. 
Y eso hizo darme cuenta de cómo mis sentimientos hacia él habían crecido tantísimo en tan poco tiempo.
Al volver nos encontramos con otras cuatro parejas de enamorados. De hecho, solo encontramos a tres. Katherin y Zayn se habían ido de viaje durante unos días más que les habían dado libres a los chicos. Cuando la llamé para preguntarle cómo iba, me dijo con prisas que iba a hacer la locura más grande de su vida y que no tenía tiempo que perder. Resultó que volaron en ala delta. 
Alice y Liam estaban en su pequeña nube, que parecía subir cada día un poco más. Se miraban a los ojos como si no existiera otra cosa en el mundo. Podías notar que estaban enamorados aunque estuvieras a kilómetros.
Olivia y Niall eran un caso aparte. Siempre que estaban juntos —lo que era casi todo el tiempo— empezaban a reír y reír hasta que se les saltaban las lágrimas. A veces incluso se reían solo al mirarse, como si hablaran por telepatía. Pero había días en que parecía que una burbuja rosa y pastelosa les envolviera y los aislara del resto del mundo. Todo eran besos, caricias, abrazos y mimos.
Leire y Louis eran... Eran adorables. Siempre susurrándose al oído todo lo que encontraban gracioso y riendo suavemente después. Ninguno de los chicos había visto a Louis comportarse de esa manera antes.
Todo parecía perfecto.
Y de hecho lo era. No había nada fuera de sitio, todo encajaba a la perfección. Por eso falló. Porque era demasiado perfecto para ser verdad. Apenas dos años después, nuestros caminos se separaron, dejando atrás momentos de felicidad y sonrisas que pronto se convirtieron en dolor y lágrimas. Aunque eso solo pasó para algunos de nosotros. 
Mi historia con Harry acabó, acabando así también con esa historia de amor que nunca olvidaré. La primera persona que consiguió enamorarme de verdad. Y aunque a veces duela, lo recuerdo con esa sonrisa socarrona cada vez que conseguía hacer que me sonrojara.

Suspiro echando otro vistazo al cielo azul de Londres. Hace un día precioso, el cielo está completamente despejado y una suave brisa sopla acariciándome la cara. Una media sonrisa se dibuja en mi rostro cuando la brisa hace que mis cabellos bailen en el aire. De pronto, oigo la puerta que da al tejado cerrarse tras de mí y a continuación unos pasos que se aproximan hasta acabar justo a mi lado. Sin llegar a mirar, puedo distinguir a un hombre apoyando los codos en el borde del muro. Su olor me resulta familiar. Segundos después, enciende un cigarro y se lo lleva a los labios. A todo esto, yo me he quedado algo paralizada. Y entonces, tras un suspiro, habla.
—Mhhh... Que buen día hace hoy.
Es ahí cuando me doy cuenta.
—No es posible — Murmuro girándome hacia él y confirmando mis sospechas.
Al oír mi voz, él se gira de golpe clavando sus ojos verdes aguamarina en mí. Nos quedamos mirando atónitos al otro. No ha cambiado en nada. Sus rizos chocolate son más cortos de como los recordaba y ahora una barba de tres días se extiende desde sus patillas. Por lo demás, continua exactamente igual que el día en que nos despedimos.
Casi al mismo tiempo, nuestros labios se curvan en una sonrisa. Una sonrisa nueva, de sorpresa, llena de recuerdos. Una risa sale de nuestros labios y, sin esperar ni un segundo más, nos abrazamos. Y continuamos riendo mientras nos reconfortamos en los brazos del otro. Cierro los ojos dejando que su aroma me inunde, haciendo así que los recuerdos sobre vuelen mi mente. Su olor es casi igual a como la recuerdo, con algún pequeño cambio, el que puedo identificar como un perfume que no es el suyo. Sonrío para mis adentros y tras un último achuchón, nos separamos.
—April... — Exclama mirándome de arriba a abajo.
—Harry... Maldita sea, ¿cuánto tiempo hace que no nos veíamos?
—Nueve años — Decimos a la vez después de hacer memoria y recordar ese último encuentro. Sonreímos algo melancólicos.
—Estás... Eh, te has cortado el pelo. Te queda bien — Sonríe apuntando mi corta melena, la cual apenas llega a mis hombros. Le devuelvo la sonrisa y murmuro un apenas sonoro "gracias". Entonces, su mirada se desvía a mi vientre y una oleada de sorpresa lo sacude —. ¿Estás... Estás embarazada?
Río ante su reacción y asiento.
—De tres meses y medio — Digo acariciando mi barriga.
—Yo... Dios mío, April, ¡es genial, felicidades! Me alegro mucho por ti, de veras.
—Gracias Harry — Río —. Por cierto... ¿Desde cuándo fumas? — Digo señalando el cigarro que todavía sostiene entre sus dedos.
—Oh, esto... En realidad es un secreto. Lo hago a escondidas de vez en cuando, solo cuando estoy nervioso. Y — alza la mano izquierda, mostrándome su dedo anular en el cual hay un anillo plateado; un anillo de compromiso — ahora estoy especialmente nervioso.
— ¿Te vas a casar? — Exclamo — Oh, eso es fantástico Haz, felicidades.
—Sí, gracias — Sonríe —. Al final resultó que había estado todo el tiempo enfrente de mí — Suspira mientras contempla su anillo.
—Sí, sé a lo que te refieres.
— ¿Y tú? ¿Tienes... Tienes planes de boda...?
—Oh, no, no, no. Le sigo teniendo pánico al compromiso... Aunque a decir verdad ya estoy en uno bastante grande — Digo mirando mi vientre mientras río —. Bueno, ¿qué haces aquí?
—He venido para cosas de catering y esas cosas. Está siendo un caos tremendo. ¿Y tú?
—Yo he venido a hacerle una visita a mi hermana, pero es sorpresa así que de momento me quedo aquí.
— ¿Oh? — Dice Harry levantando las cejas.
—Sí, al final hemos acabado llevándonos bien — Río.
Sonríe y nos quedamos en silencio.
—Me alegro de que todo te vaya tan bien. De verdad — Dice sonriendo dulcemente.
—Sí, y yo por ti.
Intercambiamos otra amable sonrisa y nos abrazamos de nuevo, dejando que un suspiro abandone nuestros labios.
—Yo me alegro de que nos hayamos encontrado — Le digo una vez que nos separamos —. Espero que todo el lío de la boda vaya bien. ¡Y no fumes más!
Empiezo a caminar hacia la salida todavía de cara a él.
—Igualmente — Sonríe —. Y no lo haré, descuida.
—Adiós, Harry — Digo despidiéndome con la mano.
—Adiós, April.
Tras una última mirada, cierro la puerta que previamente había abierto y me voy.
Quién iba a decir que a los 29 años yo acabaría embarazada y Harry a punto de casarse, con caminos tan distintos y separados. Pero así es la vida, nos tiene preparadas cosas insólitas que van a poner nuestro mundo patas arriba una y otra vez. Y aunque a veces eso pueda causar dolor, siempre encontrará la manera de que al final, todo esté bien.


FIN.


Millones de gracias a todos por estar aquí, por leerme. Por hacer de esta pequeña idea algo extraordinario. De verdad, gracias.

Os quiero,

Lucía.

viernes, 1 de febrero de 2013

36. ‘Deep Inside’


NOTA: Toda la historia es fruto de mi imaginación, es todo ficción y nada puede relacionarse con la realidad. El carácter y la forma de actuar que tienen los personajes que se basan en gente real no es el que tienen en realidad.
Here you go.


[April]

Mordisqueé lo poco que quedaba de mi barrita energética mientras merodeaba por twitter a través de mi iPhone. Repasé mi número de seguidores, el cual había aumentado desde la última vez que lo había mirado y después, me fui directa a mis menciones. Muchas de ellas me preguntaban dónde estaba. Vaya, ¿en serio? Harry solo había desaparecido apenas dos días y ya tenía toda esa masa de gente reclamando información sobre su paradero. Era… Era de locos. Aunque, sorprendentemente, había empezado a acostumbrarme. 
Pasando por alto los usuales mensajes de odio, miré a mi alrededor. A unos cinco metros de mi, se hallaba la ventana de la pequeña cocina, que daba a la playa. Deliberé durante unos instantes si mi pereza podía resistir el caminar hacia allí y finalmente me levanté del taburete en el que estaba sentada, me acerqué a la ventana y, tras abrirla, hice una foto del paisaje con el teléfono. Acto seguido, volví a sentarme y me dispuse a colgarla en twitter. Aunque no estaba del todo segura si sería una buena idea. Justo en ese momento, como por arte de magia, Harry entró a la cocina.

—Hazz, ¿pasa algo si subo una foto de la playa a twitter? Mucha gente se está preguntando dónde estamos y no sé si supondría algún problema… — Dije sin levantar la vista de la pantalla.
—No, no te preocupes, está bien.
—Vale — Sonreí de lado. En menos de un minuto, la foto estuvo colgada y miles de menciones aparecieron de nuevo. Dejé el iPhone en la mesa que tenía en frente de mi y le di el ultimo mordisco a mi barrita energética. Solo entonces, miré a Harry — ¿Qué haces en bañador? — Pregunté frunciendo el ceño.

Llevaba un bañador azul marino con dos franjas blancas en diagonal que le llegaba por las rodillas. Su largo y cuidado tordo estaba al descubierto, haciendo que mi corazón diera un vuelco al verlo. Su pálida piel relucía tímidamente haciendo que el color de sus ojos y su pelo contrastara de una manera perfecta. Sus collares colgaban de su cuello y brillaban levemente haciendo que el deseo de correr hacia ahí y besarle se incrementara notablemente. Oh dios mío.

—Me apetece darme un baño. ¿Quieres venir?
—No, estoy bien.
—Vamos… por favor — Suplicó poniendo su cara tierna e infantil que le hacía parecer un niño de cinco años y que siempre podía conmigo. Negué con la cabeza — Va, April, ha salido el Sol, hace buen día, no hace viento ni frio, incluso hace algo de calor. Báñate conmigo — Insistió acercándome a mí y haciendo pucheros.
— ¿Estás loco? Me voy a congelar.
—Ahora mismo solo llevas mi camiseta de manga corta y tu ropa interior y no tienes frío.
—Pero no he traído traje de baño.
—Vamos, April. ¿En serio? Báñate en ropa interior, no pasa nada por eso — Dijo pataleando.
—Pero…
—No hay nada que no haya visto, ¿quieres hacer el favor?
— ¡Eh! — Golpeé su pecho con mi puño — No me voy a quitar la ropa.
—Bien. Te la quitaré yo.

Reí incrédula, pero Harry iba muy en serio. Se acercó mucho a mí, sus manos en mi cintura. Negué con la cabeza, dándole a entender que no lo hiciera, pero hizo caso omiso a mi gesto y me besó. Me besó de la manera más seductora posible. Sus labios lentos y apasionados sobre los míos. Calientes, suaves. Me dejé llevar por el conjunto que suponía sus labios, su olor y su cuerpo. Mis brazos encajaron en su cuello. Entonces, sus manos, agarraron los bordes de la camiseta que llevaba puesta y me la quitaron subiéndola hacia arriba, sus labios con más pasión sobre los míos, siendo imposible que me concentrara en otra cosa que no fueran sus besos.

—Maldito seas — Murmuré contra su boca.

Él, riendo, me besó por última vez y cogió mi mano para guiarme hasta la playa.

—No quiero bañarme, Harry, ve tú y yo te miro desde aquí.
—Ni hablar — Me arrastró contra mi voluntad hacia la orilla y se paró allí.
—Harry, no.

Sin inmutarse por mis palabras, me alzó cogiéndome de la cintura, haciendo que tuviera que pasar mis brazos por su cuello para mantenerme segura. Harry se fue adentrando en el agua. Mis pies casi tocaban al suelo, así que los alcé para que no contactaran con el mar.

—Harry, ¡bájame! ¡Serás cabezota! ¡Suéltame! — Dije cuando el agua llegaba más arriba de sus rodillas.
—A sus órdenes, querida.
—No, no, no, sabes que no me refería a¡AH! — Chillé.

Caí al agua. Se me congeló hasta la última parte de mi cuerpo a causa del impacto y el frío. Rápidamente y con urgencia, salí a la superficie totalmente mojada. Inspiré aire con prisa y, tras abrir los ojos, miré a Harry amenazante.

—Voy a matarte — Pronuncié procurando sonar terrorífica a pesar de que mi voz se cortara en algún punto a causa del castañeo de mis dientes.

Antes de que pudiera reaccionar, dirigí mis manos al agua y empecé a salpicarlo con ella lo más fuerte que mis brazos me permitieron. Él, enseguida hizo lo mismo intentando protegerse con su espalda. Al poco tiempo, el frío se apoderó de mí y los temblores se extendieron por todo mi cuerpo. Empecé a moverme más para entrar en calor y de paso, ganar a Harry en esta especie de lucha por ver quien acababa más mojado. Aun así, pronto acabe exhausta.

–Vale, ¡alto! – Grité posicionando los brazos delante de mí, tratando de protegerme.
— ¿Ya te has cansado? — Rió él respirando pesadamente. Resoplé — Anda, ven aquí — Dijo abriendo sus brazos.

Suspiré y me acerqué a él para abrazarlo. Después de que sus fuertes brazos y su ancha y robusta espalda me resguardaran del frio, me separé de él para mirarle a los ojos. Una idea me iluminó. Sonreí maliciosamente. Con lentitud, me acerqué a él, con aire seductor. Acerqué mis labios a los suyos y, cuando estaba a punto de rozarlos, pasé mi pierna derecha por detrás de su izquierda y empujé su pecho con mis manos, haciendo así que cayera al agua. Reí triunfante cuando salió a la superficie, muerto de frío.

—En paz — Anuncié una vez que estuve segura de que podía oírme.
—Oh, no, de eso nada. Yo no he utilizado ningún truco seductor de esos.
— ¿Cómo que no? ¿Te recuerdo como me has quitado la camiseta?
—Eso no cuenta, no estábamos en el agua.
—Lo que té digas — Resoplé. Por ese entonces ya me había acostumbrado al frío.
—Vale.
—Vale.
—Bien.

Dirigí mi mirada al horizonte, intentando reflejar indiferencia. A los pocos segundos, Harry vino hacia mí, colocó sus manos en mi cintura y me besó. Sonreí sobre su boca y posicioné mis manos en su cuello. Era su forma de arreglar las cosas conmigo, de decirme ‘lo siento’. Intentando equilibrarme dando un paso atrás, tropecé con algo, probablemente un pequeño hoyo, y los dos caímos al agua. A pesar de eso, Harry no pasó el beso. Sus labios se movieron suaves, pero con cuidado. La sensación era maravillosa. Estaba flotando sumergida en el agua, con él junto a mí, su cuerpo dándome calor, mientras nuestros labios saboreaban los del otro, haciendo de ese momento algo más maravilloso aún.
Cautelosamente, Harry salió a la superficie, llevándome a mí con él. Separamos nuestros labios y nos miramos a los ojos. Una enorme sonrisa se extendió en mi rostro.

—Me has besado bajo el agua — Musité algo atónita.
—Eso he hecho — Dijo a la vez que sonreía tímidamente —. ¿Hay algo malo en ello?
—No, claro que no. Es solo que… Es una de las cosas que quería hacer antes de morir — Reí animada.
—Una menos — Sonrió él contento —. A propósito, podemos repetirlo las veces que quieras.

Solté una carcajada y él rió conmigo. Acto seguido, lo abracé fuerte, enterrando mi cabeza en su cuello. Suspiré.

— ¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gustan tus abrazos? — Pregunté.
—La verdad es que no.
—Pues ya lo sabes.

Soltó una pequeña carcajada y depositó un beso en mi hombro. Un escalofrío recorrió mi espalda.

—Nos vamos a congelar si seguimos aquí quietos, lo sabes, ¿verdad? — Dije.
—Sí, pero no es que me importe mucho ahora.

Sonreí como una completa idiota y me acomodé en sus brazos. La verdad es que a mí tampoco me importaba demasiado.



—Mira lo que has conseguido — Refunfuñé arropándome con la manta antes de estornudar otra vez —. Me he resfriado.
—No ha sido culpa mía. Además, yo estoy igual — Dijo caminando por el salón para entrar en calor con una manta cubriéndole el cuerpo.
—Tú insististe.
—Y tú accediste.
— ¡Me arrastraste hacia el agua!
— ¡Pero bien que te lo pasaste!

Resoplé. De una manera u otra teníamos que acabar discutiendo. Odiaba eso. Sobre todo porque después me daba cuenta de lo estúpida que había sido y me arrepentía, pero mi orgullo no me permitía hacer las paces.

—Ven, vamos a entrar en calor juntos — Suspiró mientras se sentaba junto a mí en el sofá.
—No, no creo que sea buena idea. Vamos a acabar más resfriados todavía.
—Está bien, me voy — Se levantó y empezó a caminar hacia quien sabe donde —. ¡Pero luego no vengas a pedirme besos!
— ¡Puedo sobrevivir sin tus besos! — Alcé la voz para que me oyera ya que nos encontrábamos en habitaciones diferentes.
— ¡Ah no, no puedes!
— ¡Claro que sí!
— ¡Mentirosa!
— ¡Egocéntrico! – Grité levantándome del sofá para ir hacia donde se encontraba él.
— ¡Solo digo la verdad!
— ¡Pues tienes un concepto de verdad diferente al mío! — Finalmente, lo encontré a cinco metros de mí, saliendo de la habitación.
—Tonta.
—Ugh, no te soporto.
—Eres muy insufrible a veces, ¿sabes? — Dijo con una sonrisa ladeada. ¿Qué le hacía tanta gracia?
— ¿Lo encuentras gracioso?
—Es que me gusta cuando te pones nerviosa.
—Harry, ¡por dios! Esto es una discusión, no funciona si te pones en este plan.

Él rió.

—Eres insoportable — Repetí.
—Eso ya lo has dicho, cielo.
—Agh, ¿lo ves? No puedo contigo cuando te pones así.
— ¿Quieres besarme ya para acabar de una vez por todas con esto? 

Solté una carcajada, incrédula.

—No voy a besarte.
—Yo tampoco voy a hacerlo.
—Bien.
—Vale.
—Sí, vale.

Lo miré con furia contenida en mis ojos. No podía creer que estuviéramos discutiendo de nuevo en nuestras pequeñas vacaciones. Suspiré mirándolo a los ojos. Ese par de mares aguamarina, verdes que de vez en cuando parecían azules, que me tenían completamente enamorada y que incluso en momentos como este eran irresistibles para mí. Sin poder evitarlo, mi vista se dirigió a sus labios. La aparté rápidamente al darme cuenta.

—No vas a besarme, ¿verdad? — Preguntó él, acercándose.
—Verdad.
—Sabes que yo tampoco voy a hacerlo, ¿no? — Pronto lo tuve a menos de un metro de distancia.
—Ahá — Me limité a contestar con respuestas cortas, ahí plantada, de brazos cruzados y sin moverme.
— ¿Por qué no vas a besarme?
—Porque eres insoportable.
—Y tú insufrible.
—Idiota.
—Tonta.
—Imbécil.
—Cabezota.
—Egocéntrico.
—Tozuda.

Fui a responderle, pero mis ojos se fijaron en sus labios y mi mente se quedó en blanco. Las ganas de besarle me invadieron y miré a sus ojos. Parecía que a él le estuviera parando lo mismo, como si se hubiera parado el tiempo. Sus labios atrajeron mi atención de nuevo. Quería besarle, necesitaba hacerlo. Ya sin poder aguantar más, acercamos el rostro al del otro y nuestros labios se juntaron con urgencia. Suspiré sobre su boca. Me dejé llevar disfrutando del beso, suave y lento. Sin duda, lo mejor de las discusiones eran las reconciliaciones. Coloqué mis manos en su cuello para acercarme más, pero él se separó al tacto.

—Ah, estas fría — Dijo tomando mis manos.
—Bueno, se me ocurren un par de cosas para entrar en calor.
—Hmm… Estoy gratamente sorprendido — Musitó acercándose a mí de nuevo —. Aprendes rápido — Apoyó su frente en la mía.
—Teniéndote a ti no es difícil…
— ¿Así que estoy haciendo de ti una pequeña pervertida?
—Eso me temo — Reí.
—Bien.

Carcajeé al ver la satisfacción en su rostro. Después sonrió y besó cortamente mis labios, posando sus manos en mis mejillas.

—Oye… — Susurró — Lo siento por la discusión de antes. No debería haber hecho que te bañaras conmigo si no querías. Perdona. 
—No, no importa. Yo también lo siento, no debería haberme puesto de esa manera.

Sonrió.

— ¿Olvidado?
—Olvidado.

Me besó bajando sus manos a mi cintura. Cuando las tuvo allí, las introdujo dentro de mi camiseta y las dejó apoyadas en mi espalda. Gemí sobre sus labios. Sus manos estaban calientes sobre mi piel helada, un contraste que hizo que mi piel se erizara. Rodeé su cuello con mis brazos, siguiendo con el beso, acercándolo más a mí. Pronto nos faltó el aire.

—Me gustaría ver cuáles eran ese par de cosas que se te han ocurrido para entrar en calor.
—Te las enseño encantada. Pero no aquí de pie cubiertos por mantas.
—A sus órdenes — Dicho esto, dejó caer su manta al suelo, tiró la mía y me cogió en brazos —. Vamos.

Reí levemente y tras mirarlo a los ojos, lo besé de nuevo. Nunca iba a querer cambiar nada de nuestra relación. Ni las discusiones, ni los desacuerdos, ni las peleas. Nada. Porque todas ellas nos definían, hacían nuestra relación ser lo que era. Maravillosa.




35. ‘Deep Inside’


NOTA: Toda la historia es fruto de mi imaginación, es todo ficción y nada puede relacionarse con la realidad. El carácter y la forma de actuar que tienen los personajes que se basan en gente real no es el que tienen en realidad.
Here you go.


[Narra Harry]


Abrí los ojos en un acto reflejo ya que notaba como algo se estaba moviendo a mi lado. Sonreí. Era April que había cambiado de posición para restar su cabeza en mi pecho, con los brazos abrazando mi torso. Acaricié su espalda desnuda con mis dedos y sonreí todavía más. Estaba con April, con mi chica, con la persona que quería, que amaba, que me había enseñado lo que era el amor de verdad, que me había hecho sentir cosas que ni yo mismo creía que eran posibles. Besé su pelo y lo acaricié. Hmm… Allí dentro empezaba a hacer frío, así que con cuidado, atrapé la manta y la alcé para que cubriera nuestros cuerpos. Ella suspiró y besó mi pecho. ¿Estaba despierta? Con sutileza, acaricié uno de sus brazos.

– ¿Estás despierta? – Susurré lo más bajo que mi voz me permitió.
–Hmm – Gimió –. Sí, pero poco – Dijo torpemente. Solté una pequeña risa y ella giró su cabeza para mirarme – Oh, mierda.
– ¿Qué pasa?
–Sigues tan perfecto como siempre – Apoyó su barbilla en mi pecho –. Es un poco molesto, ¿sabes?

Reí.

–No es culpa mía.
–Oh, ya lo creo que sí – Me dio un pequeño beso en los labios inclinándose sobre mí –. Pero no le podemos hacer nada… A menos que te tire ácido sulfúrico por la cara un día de estos.
–No lo harás.
–Oh, quien sabe.

La miré fijamente.

– ¿Lo harías? – Pregunté.
–Te quedan muchas cosas por aprender de mí – Rió al ver cómo me lo planteaba seriamente.
–Voy a descubrirlas – Susurré acariciando su mejilla.

Ella me miró a los ojos, con sorpresa y felicidad a la vez.

–Hazlo – Musitó.

Sin esperar ni un segundo más, pero sin prisa, la besé esta vez inclinándome yo sobre ella, de manera que volvió a estirarse. Ese beso fue dulce, lento y con sentimiento. Pude notar como estaba algo emocionada, aunque desconocía la razón. Despegué mis labios de los suyos lentamente, volviéndome a estirar a su lado. Acaricié su mejilla mientras ella hacía lo mismo con mi clavícula y mi pecho a la vez que nos mirábamos a los ojos.

–Te quiero – Dijo en un susurro tan bajo que apenas pude oírlo. Sonreí.
–Te quiero – Respondí tomando su mano y llevándomela a los labios.

Mi corazón se aceleró cuando una pequeña sonrisa apareció en sus labios. Los acaricié con cuidado y pude ver como se le humedecían los ojos. Antes de que me diera tiempo a fruncir el ceño, me abrazó fuerte, hundiendo su cabeza en mi pecho. Acaricié su pelo y su espalda y la estreché más contra mí.

–Duerme, pequeña –Dije y besé su pelo –. Estoy aquí.
–Gracias – Susurró.

Estrechó sus brazos a mí alrededor y se acomodó en mi pecho dispuesta a dormir. Yo acaricié cada parte de su cuerpo que estaba a mi alcance y escuché sus suspiros hasta que el sueño pudo conmigo.


Mis ojos se abrieron poco a poco al percibir el sonido de una guitarra a lo lejos. Sonreí automáticamente al oír una voz suave, dulce y a la vez decidida acompañar esa melodía. Me incorporé y tras revolverme el pelo, miré por el gran ventanal de la habitación sin levantarme de la cama ya que no hizo falta; April se encontraba sentada en la arena, vistiendo mi camiseta y su ropa interior, con la guitarra entre las manos. Su cabeza iba suavemente de un lado a otro al ritmo de la música. Me puse los calzoncillos y unos tejanos y me dirigí hacia ella. Salí por el ventanal, ya que no estaba a mucha altura del suelo y me acerque sigilosamente, mis pies descalzos acariciando la arena, mientras escuchaba la preciosa armonía de April.

Sat there on the dock with both my feet grazing the water, 
I could taste the island beaches on my tongue, 
Splashes on my tongue got me imagining the palm trees, 
And the shorelines spotted up with coconuts, 
Tidal waves and hurricanes, 
Broken anchors, crashing planes, 
Keep washing me up on your sand, 
Take my hand, 

I wanna be stranded on this island with you, 
(Oh, Oh) 
I wanna be I wanna stranded on this island for two, 
(Oh, Oh) 
And I hope it’s somewhere far, 
Where only we are, 
Stranded on your heart 

Me arrodillé detrás suyo y mis brazos rodearon su vientre para después darle un pequeño beso en el cuello. Ella se sobresaltó y pude notar como un escalofrío recorría su cuerpo. Reí ante lo adorable que había sido eso en mis ojos.

–Lo siento, no pretendía asustarte – Le dije sin poder borrar la sonrisa de mis labios.
–No pasa nada, es solo que no me lo esperaba.

Me senté acomodándola en el espacio que quedaba al abrir mis piernas y besé su mejilla.

–Hmm… Continua tocando, me estaba gustando mucho.
–Uhm… ¿Un beso de buenos días? – Me insinuó girando su cabeza para mirarme.

Reí a medias. Hoy se había levantado de buen humor, cosa que no pasa siempre. Vamos a aprovecharlo. Acerqué mi rostro al suyo y besé sus labios tiernamente.

–Uno y todos los que quieras – Murmuré y ella volvió a presionar nuestros labios sonriendo. La besé de la manera que sabía que le gustaba tanto; siendo apasionado y dulce a la vez – Buenos días – Sonreí mirándola a los ojos cuando nos separamos.
–Buenos días.

Y después de dedicarme una de sus bonitas sonrisas, volvió a tocar.

Spend all my free time thinking, 
How your tears aren’t made for drinking, 
But I’m thirsty for what you keeping inside, 
Losing track of time what seems like weeks is only hours, 
I can’t wait until that moment when your mine, 
Even though we’re not the same, 
Different in every way, 
I can’t help but smile when you say ‘take my hand’, 

I wanna be stranded on this island with you, 
(Oh, Oh) 
I wanna be I wanna stranded on this island for two, 
(Oh, Oh) 
And I hope it’s somewhere far, 
Where only we are, 
Stranded on your heart 

I won’t call SOS, 
No message in a bottle, 
No signaling with smoke, 
I’m trying to get home, 
If I can’t be with you, 
I’d rather be alone, 

I wanna be stranded on this island with you, 
(Oh, Oh) 
I wanna be I wanna stranded on this island for two, 
(Oh, Oh) 
And I hope it’s somewhere far, 
Where only we are, 
Stranded on your heart 

Oh, Oh, Oh, 

And I hope it’s somewhere far, 
Where only we are, 
Stranded on your heart 
Stranded on your heart

Ooooh Ooooh,
Ooooh Ooooh,
Ooooh Ooooh,
Ooooh Ooooh.

Acabó dando un pequeño golpe con sus dedos en la guitarra, felizmente. Me encantaba verla así. Sonriendo, echó la cabeza atrás para apoyarla en mi hombro.

– ¡Y el publico enloquece! – Exclamé como si fuera un famoso locutor de radio – ¡Wooooo! ¡April, April, April! ¿Qué oigo? ¿Quieren un bis? ¡Esta es la primera vez que pasa en el Madison Square Garden! ¡Impresionante! ¡Esta jovencita tiene una brillante carrera por delante!
– ¿Jovencita? – Estalló a carcajadas.
– ¡Una voz impresionante! Y si me lo permiten decir en antena, una señorita hecha y derecha, todo donde lo tiene que tener, sí señor, guapísima.

Ella empezó a reírse tanto que se le saltaron las lágrimas y yo la acompañé ya que no pude resistirme. Dejó la guitarra en la arena con cuidado y entrelazó nuestros dedos.

–Todo mentira – Dijo tratando de recuperar el aliento.
–Error. Todo verdad. Absolutamente todo.
–Oh, no.
–Oh, sí. Y no empieces, que te conozco – Ella refunfuñó –. ¿Y sabes lo mejor?
–Seguro que es otra mentira.
–Bueno, si lo fuese me entristecería bastante. Más que bastante. Mucho. No, más que mucho.
– ¿Qué es?
–Que esa jovencita es mía y solo mía.

Ella sonrió y yo no pude resistirme a la tentación que presentaban sus labios. La giré con mis brazos para acunarla como a un bebé y la besé una y otra vez, deslizando nuestros labios con calma pero con mucha pasión y, sobretodo, amor. Nos separamos del beso y nos quedamos mirando un rato de una manera que provocó que miles de mariposas revolotearan por mi estomago y una sonrisa se extendiera por mi rostro. A veces me preguntaba cómo había llegado a esa situación. De ser un ligón de primera división, había pasado a depender totalmente de alguien, de una mujer que había conseguido enamorarme. Y no sabía ni como había ocurrido. Poco a poco, había ido volviéndome loco por ella. Esas trampas de mi subconsciente en las que caía y hacían que subiera al tejado ante la posibilidad de encontrármela a ella, las ansias irracionales por que nos acompañara a las entrevistas y a las sesiones de fotos solo para poder observarla de cerca… Y el maravilloso sentimiento del amor correspondido. Sí, esa era sin duda una de las mejores partes.

Volví a la realidad cuando noté sus finos dedos recorrer mi clavícula y mi pecho. Sonreí al tacto, pero fue una de esas sonrisas aleladas que solo conseguía sacarme ella. La miré. Tenía la cabeza apoyada entre mi pecho y mi hombro y la mirada perdida en algún punto de mi cuerpo. Acaricié su pelo con cuidado, provocándole un escalofrió.

– ¿Tienes frío, amor? – Susurré besando su pelo y tratando de darle un poco de calor con mis brazos.
–No, no. Contigo se está bien – Suspiró –. Abrázame más fuerte.

Obedecí y la mecí levemente, mientras ella se acurrucaba en mi pecho. Dios sabe cuanto la quería… Comencé a tararear Here Comes The Sun mirando al horizonte, ya que vi como el sol empezaba a asomar entre las nubes grises.

–Si sigues cantando vas a conseguid que me duerma – Rió.
–Duerme si quieres, no importa.
–No voy a desperdiciar mi preciado tiempo contigo durmiendo.
–Tonta – Reí.
–Se me pega de cierta persona.
–Oh, ¿qué has querido decir con eso?
–No sé de qué me estás hablando – Dijo conteniendo la risa.
–Cruel.
–Lo justo.

Le saqué la lengua dejando salir a la superficie mi faceta infantil y ella rió para luego darme un beso en la mejilla.

–Ah, mi pequeño idiota… – Susurró.
–…al que quieres más que a nada – Continué.
–Eso es cierto – Rió estrechándome más contra ella.
–Está bien, creo que se ha acabado lo de la playa por hoy – Dije levantándome con ella en brazos, cosa que hizo que se sobresaltara –. Vas a coger frío.
–No… – Protestó alargando la o al igual que una niña pequeña – No, Harry, se estaba bien ahí, bájame, te aseguro que no tengo frío. Por favor…

Reí.

–Podemos continuar con los mimos dentro si es lo que quieres – Besé su pelo –. Pero no fuera y menos con tan poca ropa. Vas a resfriarte.
–Mmh… – Rechistó – Eres un aburrido.
–Solo me preocupo por ti – Carcajeé. De verdad parecía enfadada.
–Sí, de una manera aburrida. Pareces mi madre.

Entramos en casa y la estiré en el sofá del salón. Me senté en sus piernas y ella me miró confusa.

–Con que aburrido, ¿eh? – Le dije cogiendo sus muñecas con mis manos.
–Uh… ¿Qué vas a hacer? – Rió escudriñándome con sus ojos.

En un movimiento rápido, atrapé sus manos por encima de su cabeza. Enarcó una ceja en signo de pregunta y yo le mostré mi sonrisa más seductora. Me acerqué lentamente a su rostro, alternando mi mirada a sus ojos y a sus labios. Los rocé, haciendo que ella se inclinara para alcanzarlos, pero en vez de eso, le mordí el labio inferior. Ella suspiró. ¿Yo aburrido? Já. Liberé su labio y acerqué mi boca a su cuello y di pequeños besos y algún que otro mordisco en él. Suspiró de nuevo, placentera. Sonreí. Uno, dos y… Aguanté sus dos manos con una de las mías, y con la otra empecé a hacerle cosquillas. Ella estalló a carcajadas y se removió debajo de mí, intentando escapar. Se revolvió una y otra vez, intentando liberarse de mi agarre mientras reía a carcajada limpia. Al ver que no funcionaba, pataleó en un intento de darme algún golpe para que la soltara. Tampoco funcionó.

–Con que soy aburrido, ¿eh?

La miré a los ojos, los dos con una mirada desafiante. Está claro que no me iba a dejar ganar tan fácilmente.

–Eso es lo que he dicho.
–Bien.

Mis dedos hicieron más presión en sus costillas y se volvieron más rápidos haciendo que sus carcajadas aumentaran.

– ¡Para! ¡Para! ¡No puedo respirar! – Exclamó intentando no ahogarse.
–Entonces di ‘Harry, no eres aburrido, eres el mejor del mundo, el más guapo, el más divertido y te quiero’.
– ¡No me queda oxigeno para decir todo eso!
–Entonces di solo lo ultimo – Dije parando mis dedos.

Suspiró, al fin libre de mis cosquillas y sonrió mirándome a los ojos.

–Te quiero – Pronunció aun respirando algo costosamente.

Sonreí inclinándome hacia su rostro.

–Te quiero – Susurré cerca de sus labios una vez que hubo recuperado el aliento.

Ella sonrió tiernamente y sus manos acariciaron el pelo que caía por mi nuca en un gesto dulce y delicioso. Podría pasarme toda la vida así. Como si estuviéramos coordinados, los dos acercamos la cara a la del otro, nuestros labios rozándose ahora. Sonreímos a la vez, y sin poder resistirme más, conecté sus labios con los míos.